El poder del perdón

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El poder del perdón

Los débiles nunca pueden perdonar. El perdón es el atributo de los fuertes.Mahatma Gandhi

Los grandes líderes de la historia mundial han insistido invariablemente en la importancia del perdón para la convivencia pacífica así como para nuestro bienestar mental. Martin Luther King Jr, Nelson Mandela, Madre Teresa, Abraham Lincoln: la lista es interminable.

El hilo común que corre en sus enseñanzas es cómo el acto de perdonar eleva la estatura de una persona, como lo expresa sucintamente el famoso poeta inglés Alexander Pope. Errar es humano, perdonar, divino.

Lo que necesita saber sobre el perdón

losLa necesidad de perdón surge cuando nos sentimos agraviados por alguien. Es natural sentirse herido, resentido, triste, decepcionado y agraviado. Sin embargo, nos haría bien recordar que los humanos somos propensos a cometer errores. Las personas cometen errores que pueden acabar por ofender a otros de forma intencionada o no.

Agravamos aún más la situación guardando rencor, considerándolo como un acto de venganza. ¿Daña al instigador de alguna manera? Tal vez tal vez no. Pero una cosa es segura. Este acto de guardar rencor nos duele más. ¿Nos da alguna satisfacción o felicidad o mejora nuestras vidas? Definitivamente no.

Nuestra reacción instintiva a las palabras o acciones hirientes de los demás es arremeter contra ellos con tanta ira y veneno como podamos. ¿Hemos pensado en cuánto duele nuestra respuesta a la otra persona? ¿O cuánto daño inflige a la relación? Cuando permitimos que esto continúe sin obstáculos, terminará consumiéndonos.

Y no satisfechos con esto, lo empeoramos jugando a la víctima, guardando rencor y escondiéndonos detrás de un muro de silencio, negándonos siquiera a vernos cara a cara. ¿Alguno de estos actos nos ayuda a sanar? Realmente no.

Al final, el tiempo curará las heridas. Pero para entonces el daño ya está hecho. La relación está hecha y desempolvada, destrozada sin remedio. Los años dedicados a nutrir la relación se desperdiciaron por un solo acto de supuesta traición. ¿Valió la pena nuestro comportamiento vengativo?

¿Qué tal perdonar nuestros propios defectos y errores? Cuando somos duros con los demás, somos los más duros con nosotros mismos. La autoaceptación y el perdón de uno mismo juegan un papel muy importante en nuestro estado mental. La paz mental y la felicidad dependen principalmente de nuestra capacidad para aceptar nuestras imperfecciones y perdonar nuestros errores. La ausencia de estos puede conducir a comportamientos autodestructivos como abuso de alcohol, abuso de drogas, desórdenes alimenticios o incluso suicidio.

Ahora, enumeremos los beneficios del perdón. Una disposición perdonadora puede ayudarnos mantener relaciones saludables con nuestros seres queridos y cercanos. El resultado más importante de una mente que perdona es la ausencia de amargura e ira, un corazón rebosante de alegría y serenidad.

Una naturaleza amable y misericordiosa sin duda ayudará a nuestro bienestar mental. Numerosos estudios apuntan al vínculo innegable entre la mente y el cuerpo. Se ha comprobado una y otra vez los beneficios de la compasión y la tolerancia en nuestro bienestar físico. La falta de resentimiento y pensamientos vengativos puede liberarnos del estrés, mejorando así nuestro sistema inmunológico y los parámetros de salud.

También es posible que desee echar un vistazo a nuestra guía sobre como perdonarse por algo imperdonable .